10.7.09

Cinecittà y el abandono de Italia

Corría 1991 y un casi novel Josep Capdevila, o lo que es lo mismo, Sergio Dalma era elegido con su tema “Bailar Pegados” para representarnos en el festival, que aquel año tendría lugar en Roma, en los estudios de Cinecittà, después de que Toto Cotugno se alzara con la victoria en Zagreb el año anterior con “Insieme: 1992”. Sirva de inicio que creo que hay que andar con cuidado cuando se habla de los efectos que Eurovisión puede tener en las carreras de los artistas, puesto que el de Dalma, junto con las Azúcar Moreno, son los dos ejemplos más claros a mi parecer de cómo este evento puede también catapultar a la fama. El cantante había publicado su primer disco en el 89 y, dos años después, el exitoso Bailar Pegados formaría parte de su segundo album, Sintiéndonos la Piel. Me viene a la cabeza la expectación que se dijo que aquel chico había creado en Italia en ese año con su particular voz y ese aire tan italiano, realmente aquella elección fue todo un acierto y nos tuvo en ascuas durante unas votaciones que acabaron en un merecido cuarto lugar. La también llamada “Hollywood sul Tevere”, testigo de las grandes creaciones de Visconti, Rossellini o De Sica, escenario de superproducciones hollywoodienses de los 50 como Quo Vadis o Ben Hur y cuna del Spaghetti Western acogía ese año el espectáculo en su estudio 15 bajo tremendas medidas de seguridad, conducido por el mismo Toto Cotugno y la que también fuera vencedora del certamen, Gigliola Cinquetti en 1964 con “Non ho l’eta”. Recuerdo aquel festival con especial nostalgia y en concreto, aquellos originales clips de presentación que consistían en postales en las que los remitentes eran los propios participantes de cada país en el festival rememorando clásicos de la canción italiana. Lo cierto es que aquel Eurovisión tuvo un calor especial, quizás por detalles como el anterior, por tener lugar en aquel estudio, en el marco de un escenario casi teatral con decorados y por lo intimista de aquellas presentaciones, pero sobre todo, fue un festival al que los países llegaron con temas y artistas de niveles altos y que se caracterizo por un anecdótico empate. De hecho, Suecia ganó empatada a puntos con Francia, 146, para ser exactos, pero gracias a la norma implantada en el 89, por la que en estos casos vence quien tiene mayor número de puntuaciones máximas, el 12, o en caso de coincidir también en doces, como ocurrió en el 91, para rizar aún más el rizo, los 10, una jovencísima Carola, nuestra eterna Carola, logró alzarse con la victoria con “Fangad av en storvind” (o “Captured by a storm wind”), tema festivalero donde los hubiera. Carola lo había intentado ya en Munich en el 83 con “Främing”, consiguiendo un tercer puesto y quien nos iba a decir que volvería años más tarde, en 2006, a Atenas para llevarse un digno quinto con “Invincible”. La pugna por el triunfo fue, como decía, con Francia, representada por Amina y ese gran “C’est le dernier qui a parlé qui a raison” en esa línea francesa de llevar temas siempre distintos al festival como en este caso o de bordar las baladas... Pero como decía, también fue año de grandes artistas: a destacar la presencia de Dulce Pontes por Portugal o Pepino di Capri por Italia, puestos, 8º y 7º, respectivamente o el tremendo tema suizo de Sandra Simo. Nuestra particular lucha por el ranking de posiciones la llevamos con el que para mí ha sido una de las canciones más representativas que Israel ha aportado a la historia del Esc, un estupendo tercer lugar para "Kan” del Dúo Datz, dejaré hoy ese momento de la actuación de Israel y otro de los temas que más me marcó aquel año, la participación maltesa, con Georgina & Paul Giordimaina y su "Could it be”, sexto puesto en el 91 y que supuso el regreso de Malta, tras la retirada después de la edición de 1975.





Siguiendo con Italia, aquel festival nostálgico y la presentación por parte de los únicos dos ganadores italianos en el Esc, mucho se ha hablado de la retirada de este país de Eurovisión. Su última aparición en 1997, con el dúo Jalisse y el increíble tema "Fiumi di Parole" nos dejó con un buen sabor de boca y con ganas de más. Variados han sido los comentarios, desde el hecho del enfado de este país por los puestos obtenidos, teoría que se derrumba, sobre todo considerando que se marcharon con un buenísimo cuarto lugar, hasta la más plausible del desinterés de la RAI por un festival que a penas tenía audiencia en Italia, de hecho rondó sólo los 3 millones de espectadores en el comentado año 1991, mientras que San Remo estaría entre los 15 y que suponía un desembolse económico que no se compensaba con resultados. De hecho, San Remo y su maravillosa cantera de artistas que después de ganar este prestigioso festival de gran tradición se marchaban a representar al país a Eurovisión se ha barajado como razón de peso del abandono, puesto que estos artistas se hacían un nombre tras San Remo que no se veía reconocido posteriormente por el Esc. Otros países como Austria recientemente o Luxemburgo se han apuntado a la tendencia… Me quedo con Alexandra y Fabio –Jalisse- como decía, aquellos últimos representantes de Italia tras ganar el festival de San Remo ese mismo año con la misma “Fiumi di Parole”, un año reñido por la calidad de los contrincantes en el festival italiano y marcado por la polémica de la similitud de la canción ganadora con el “Listen to your heart” de Roxette. Jalisse volvió curiosamente a intentarlo en el reciente 2008, presentándose a la preselección de San Marino para Eurovisión, pero sin conseguir ser elegidos. Me quedo también con la pregunta de si la RAI estará replanteándose volver de nuevo al festival... Ante momentos como el siguiente, pienso, ojalá...


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